El proyecto de intervención en este piso surge de una visión de la vivienda como estudio-refugio, un espacio en el que cualquier estancia puede funcionar indistintamente como lugar de trabajo o de ocio.

La zona de día se concentra en un ala de la planta, organizada en dos áreas conectadas: a un lado la cocina, el taller y un despacho, y al otro el comedor y la zona de estar con salón, biblioteca y piano. Esta distribución abierta permite que los ambientes se sucedan de manera natural, favoreciendo la libertad de movimientos y la interacción.